/ domingo 21 de julio de 2024

El cronista sanjuanense | 1906. El centenario de Juárez

Desde el año 1903 el presidente Porfirio Díaz Mori instauró la Comisión Nacional del Centenario del Natalicio de Benito Juárez, encargada de verificar que todas las demarcaciones del país prepararan actos para esta conmemoración con miras a solemnizarse en 1906.

Se confeccionó todo un programa que incluía declarar la fecha 21 de marzo como día de asueto nacional, así, se realizaron concursos literarios y arquitectónicos en honor a Benito Juárez, por ejemplo, en la capital del país se colocó de la primera piedra de su monumento (el hemiciclo a Juárez), se prepararon diversas manifestaciones, conferencias, actos en escuelas públicas y privadas; se colocaron veintiún lápidas conmemorativas en edificios que fueron residencia de Juárez como presidente de México, entre otros.

La comisión encargó a los gobernadores de Querétaro, Puebla, México, Veracruz, Guanajuato, Jalisco, San Luis Potosí, Coahuila, Durango, Nuevo León y Chihuahua, hicieran investigaciones serias y curiosas para determinar los sitios que ocupó Juárez, tomando en cuenta que en estas entidades se desarrollo la ruta que emprendió “para salvar la integridad de la Patria o de la existencia de las instituciones liberales, siendo Presidente de la República”. En ese mismo sentido, se dispuso que en estos lugares detectados se pusieran placas conmemorativas.

El gobernador de Querétaro hizo lo propio al comunicar al prefecto de San Juan del Río, Gabriel Serrano, esta intensión, pidiéndole que informara sobre en qué lugares, si los hubiera, estuvo Benito Juárez. En esta ciudad hay dos sitios en los que se alojó el “Gran Patricio” como lo mencionaba la autoridad. Son dos casonas en las que pernoctó en momentos diferentes: una en 1863 y otra en 1867. La primera ubicada en la antigua calle Iturbide esquina con la del Chirimoyo (actuales 16 de Septiembre y 27 de Septiembre); la otra en la Calle Real esquina con la de los Aguadores (actuales Avenida Juárez y Hermenegildo Galeana).

En San Juan del Río se conformó una Junta Organizadora, la cual se dedicó a recaudar dinero entre todas las clases sociales para solventar los gastos que dieran lucimiento a tan magna conmemoración. El grueso de los donativos fueron aportados por dueños de haciendas, entre estas El Sauz, San Clemente, El Ahorcado, La Llave, La Lira, Ajuchitlancito, La Cueva, La H, Santa Cruz, La Estancia, San Germán, Galindo y Cazadero. También dio cuota el personal de las estaciones del ferrocarril: Cazadero-Solís (concentrada en la hacienda Ñadó en Aculco) y la del Ferrocarril Central Mexicano en San Juan del Río.

Entre los gastos que se hicieron se consideraron tres placas conmemorativas hechas de mármol de Carrara (Italia), dos con medidas 0.80 x 77 x 2 centímetros y una de 0.48 x 34 x 2 centímetros, todas con inscripción. Se pagaron las alcayatas, sueldos de albañiles y materiales para su fijación sobre las fachadas de las casas en que estuvo Benito Juárez. Además, hubo pago de fuegos artificiales, gratificación para músicos y un coro escolar, adornos y compostura del teatro de la ciudad (que entonces se llamaba Teatro Cosío) y para la iluminación del mismo. Para aviso al público se imprimieron invitaciones, convocatorias y programas en una imprenta de Tequisquiapan. Se mandaron hacer quince retratos del benemérito al Diario La Patria en la Ciudad de México. Se utilizó ocote sacado de los montes de El Batán que aportó la hacienda Galindo. Pólvora para los cañonazos de honor y el pago al director de los disparos de cañón. También se hizo una merienda pública, la cual consistió en tamalada en la que además hubo charape (bebida fermentada elaborada a base de pulque, panocha, miel, clavo y canela) y cerveza. Esta merienda se sirvió en la Huerta Grande junto al río.

Por otra parte, se mandaron fabricar 206 números y 96 letras para domicilios, además de 20 rótulos (nomenclaturas) para esquinas con la leyenda “Gran Avenida Juárez”, que antes era la Calle Real, después Calle Nacional y que con esta conmemoración cambiaba su nombre en honor a Benito Juárez.

La Solemnización del Centenario del Benemérito de las Américas Licenciado Benito Juárez (título completo del acto) se llevó a cabo de forma simultánea el 21 de marzo de 1906 en todo el país. La figura de Benito Juárez, como cabeza y emblema del periodo de Reforma, alcanzaba así su clímax, que dejaría en adelante un registro notable incrementado en la nomenclatura, la iconografía y la estatuaria de calles, plazas y edificios públicos de todo México. En San Juan del Río quedó demostrado.