Hola queridas personas lectoras de esta columna Diversidades. Como saben, el sábado 16 de noviembre, veintisiete organizaciones civiles y académicas, junto con personas de todos los estratos de la sociedad queretana, tomamos las calles del Centro Histórico de nuestra ciudad para marchar por la paz y contra el miedo y la impunidad. A esa marcha silenciosa se sumaron familiares de dos de las víctimas de la masacre ocurrida en el bar Los Cantaritos el 9 de noviembre de 2024.
El duelo, el dolor y el silencio nos acompañaron durante los 30 minutos que tardamos en recorrer el trayecto entre la Alameda Hidalgo y el bar Los Cantaritos. Al llegar a ese lugar, la mezcla de emociones fue turbulenta, sobre todo al poder ver desde la calle el interior del bar, que al ser una palapa, dejaba ver la escena del crimen: sillas tiradas por todos lados, vasos volteados en las mesas y un ambiente caótico en su interior y al frente de la reja, veladoras y flores puestas allí por personas anónimas en señal de respeto a las víctimas de la mayor masacre de civiles en un lugar público que tengamos memoria en nuestra ciudad, en lo que va de este siglo XXI.
En medio de ese sentimiento de consternación por estar en el lugar de la tragedia, se leyó el pronunciamiento escrito para la ocasión, cuyos puntos principales fueron:
Visibilizar que las víctimas de esa masacre y de las violencias criminales en México son en su mayoría, personas jóvenes. Desde ese lugar y esa marcha se exigió que cese la impunidad, ya que sólo con autoridades no omisas y que cumplan con su mandato constitucional de proteger a la población, es que podremos poner un dique a masacres como esa. Y se verbalizó la pregunta que todo mundo se hacía en aquel momento: ¿se hubiera evitado esa masacre si las autoridades no hubieran liberado a una de las víctimas, presunta implicada en hechos delictivos?.
Se convocó a la unidad ciudadana y a la responsabilidad para que cada persona, cada institución y cada orden de gobierno haga la parte que le corresponde en su competencia y área de influencia.
Se dijo que a las organizaciones sociales ciudadanas nos toca aportar nuestra experiencia para reconstruir el tejido social (que es la parte del Iceberg de la Inseguridad que no se ve) y hacer equipo con las otras tres hélices (gobierno-academia-iniciativa privada), para que dichas acciones sociales sean masivas. A las organizaciones académicas nos toca liderar tanques de pensamiento para hacer prospectiva y a través de observatorios, evaluar los resultados de las políticas públicas de los tres niveles de gobierno. A los partidos políticos, -sobre todo a los de oposición-, les toca poner el dedo en la llaga de lo que hacen o no hacen los gobiernos, porque son parte del estado mexicano y tienen presupuesto, canales institucionales y el poder para reclamar en las legislaturas, en los cabildos, cambios de rumbo en leyes y políticas públicas.
Se convocó a que cada quien haga la parte que nos corresponde en nuestra área de influencia. Eso es lo que le debemos a las niñas, niños, adolescentes y juventudes, que vivirán en el Querétaro que sufrirá las consecuencias, para bien o para mal, de lo que hagamos o dejemos de hacer ahora. No más omisiones, no más impunidad. Es urgente que las autoridades erradiquen la corrupción y actúen siempre con oportunidad.
El pronunciamiento terminó haciendo un llamado a nuestro Gobernador Mauricio Kuri, para que nos reciba y abra un espacio para la sociedad civil organizada, en la mesa donde se están tomando las decisiones del eje de seguridad-justicia-paz. Ya que desde la academia y la sociedad civil ofrecemos profesionalismo y conocimiento técnico; pero también la cercanía con las vivencias de quiénes han sido víctimas de la violencia y la omisión. Esa experiencia está disponible en forma de Agendas por la Paz, Seguridad y Justicia, redactadas por la Red Estatal de Paz, por Cívica y el Frente Queretano por el Derecho a la No Discriminación, así como por la misma UAQ. Dicha experiencia la ponemos a disposición del gobierno estatal, para articular acciones de prevención de violencias y reconstruir el tejido social, base de la paz social.
Adicionalmente el jueves 21 de noviembre, ingresamos una carta firmada por Waltter López y Rodolfo Loyola Vera, por parte de las organizaciones de la sociedad civil y por Teresa García Gasca y José Antonio Ugalde Guerrero, por parte de organizaciones académicas, a la oficialía de partes del Poder Ejecutivo, solicitando ahora por escrito, una audiencia a nuestro gobernador Mauricio Kuri, para presentarle las tres agendas que contienen acciones para construir la paz sustantiva, producto de muchas mesas de trabajo entre organizaciones de la sociedad civil y la academia, que consideramos oportuno hacer del conocimiento del gobernador Mauricio Kuri y ayudar a atacar el gran iceberg de la inseguridad integralmente, tanto en la parte que se ve como en aquella que no se ve.
Señor gobernador Mauricio Kuri, ¿Cuándo nos recibe?
*Vocero del Frente Queretano por el Derecho a la No Discriminación y el Estado Laico