CARIÑO. Se llevó a cabo el primer levantamiento de sellos en uno de los bares clausurados: tal distinción se le dio a “Adiós Amor”, cuyo dueño dice ser muy amigo de quienes controlan las licencias, pero decenas de empresarios más se quedaron “como el chinito”. Las secretarías estatal y municipal de Gobierno insisten en dividir al gremio entre “queridos” y “mal queridos”, en lugar de aliviar el encono por sus clausuras selectivas, y volvieron a convocar a una reunión sólo con los antreros “fifis”, a los que la competencia señala entre los “queridos”.
INDECISOS. Aunque ya comenzaron a decir que son temporales, las disposiciones sobre horarios de cierre de bares y antros tras la masacre de “Los Cantaritos”, cuando menos en el papel, tienen vigencia hasta el 30 de septiembre del 2027.
“BUCHONERÍAS”. Las medidas de seguridad no sólo se quedarán en establecimientos metropolitanos. El fin de semana pasado cayó “la voladora” en otro tipo de eventos, también considerados de alto riesgo, como fue la cancelación de una pelea de gallos en un palenque de Ezequiel Montes.