/ viernes 8 de noviembre de 2024

Contraluz / Trump y México

“Expreso mi más sincera felicitación a Donald Trump, quien resultó ganador de la elección presidencial de los Estados Unidos (...). Estoy cierta de que vamos a continuar trabajando juntos de manera coordinada”, escribió la presidenta Claudia Sheinbaum en la red social X el pasado miércoles.

Sheinbaum también confió en que en su relación con Trump prevalezcan el “diálogo” y el “respeto” a la soberanía de ambos países, “para avanzar en la amplia agenda bilateral”.

El reconocimiento oportuno del triunfo de Donald Trump sobre Kamala Harris, tal como lo hicieron también decenas de países, marca un paso pragmático y necesario entre las conflictuadas relaciones entre México y Estados Unidos; y más, habida cuenta, entre otros puntos complejos, de que México es el principal socio comercial de Estados Unidos tras desplazar a China en 2023.

La relación de ambos países estará de nuevo marcada por el protagonismo de un hombre robusto, populista y narcisista que ha sabido convencer, tomando como eslogan el famoso "Make America Great Again" (hacer grande a Estados Unidos otra vez) que repite desde el 2015 cuando trataba entonces de convencer a la descontenta población estadunidense que el “sueño americano” había muerto.

En palabras de Trump por aquel entonces: “si me eligen

presidente, haremos que América vuelva a ser grande”.

Esta frase ha sido repetida por quien se acaba de convertir en el 47º presidente de Estados Unidos consiguiendo que cale su mensaje, apelando al sentimiento patriota más populista.

No obstante, no ha sido Trump quien ha acuñado la tan utilizada expresión.

Fue el presidente Ronald Reagan el primero en pronunciarla en su campaña a las presidenciales a la Casa Blanca en el año 1980 cuando Estados Unidos atravesaba un momento similar, pero con un panorama internacional bien diferente.

Afirmaba Reagan: “Para aquellos sin oportunidades laborales, estimularemos nuevas oportunidades, particularmente en los barrios marginales donde viven. Para aquellos que han abandonado la esperanza, restauraremos la esperanza y les daremos la bienvenida a una gran cruzada nacional para hacer que Estados

Unidos vuelva a ser grande”.

Desde entonces, el pegadizo eslogan se ha ido quedando en el imaginario colectivo de los simpatizantes republicanos, hasta convertirse en un movimiento bajo esas siglas: MAGA.

Hoy, MAGA es un movimiento ultra conservador, de donde también ha nacido la icónica frase America first, América primero.

La relación con México

México fue blanco, otra vez, de numerosas amenazas durante la campaña de Donald Trump quien prometió a los estadunidenses imponer aranceles a productos mexicanos, reprimir inmigración desde México, renegociar acuerdos comerciales e incluso una intervención militar contra los cárteles mexicanos.

Todo ello a pesar de un fuerte descenso de los cruces fronterizos en su frontera sur este año pues Trump ha prometido reforzar la seguridad fronteriza con 10 mil nuevos atentes y deportar a millones de inmigrantes indocumentados

Muchos inmigrantes no podrían entrar de manera regular, como lo están haciendo ahora, o serían rechazados muy rápidamente desde Estados Unidos a México o a su país de origen, ha considerado Ariel Ruiz Soto, analista principal de políticas del Migration Policy Institute en Washington.

Trump también ha prometido llevar a cabo el mayor programa de deportaciones de la historia estadounidense, dirigido a muchos de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que viven en Estados Unidos.

Remesas

Esto hace advertir otro problema: si cantidad de migrantes mexicanos son enviados a casa, dejaría de enviarse gran parte del dinero que envían a México -63 mil millones de dólares de remesas en 2023-, con consecuencias impredecibles.

Además, México también podría verse presionado, como ya ha ocurrido, para aceptar a migrantes venezolanos, nicaragüenses, cubanos y de otras naciones, a quienes muchas veces no puede deportar a sus países de origen por razones financieras y diplomáticas.

Es previsible por lo anterior que el desempleo en México aumente con muchos de los migrantes deportados habría repentinamente mayor mano de obra en busca de trabajo.

Por todo lo anterior hay quienes advierten que la economía mexicana podría verse abocada a una fuerte recesión.

Aranceles y migración

Otro factor a considerar es que Trump ha amenazado con imponer aranceles a México, que ha eclipsado a China para convertirse en la mayor fuente de importaciones de Estados Unidos. En uno de sus últimos mítines, prometió imponer de inmediato aranceles del 25 por ciento a todos los productos procedentes de México a menos que el gobierno detenga el flujo de migrantes y drogas hacia Estados Unidos. Esto podría conmocionar a México, que depende en gran medida del comercio con Estados Unidos. Alrededor del 80 por ciento de sus exportaciones se destinan al mercado estadounidense. Trump también ha amenazado con imponer aranceles del 100 por ciento —o incluso del 200 por ciento— a los vehículos importados de México. Esto podría asestar un duro golpe a una industria que exporta cerca de 90 mil millones de dólares en vehículos terminados a Estados

Unidos, lo que representa alrededor del 5 por ciento del PIB de México.

Aunque dado lo profundamente conectadas que están las cadenas de producción entre México y Estados Unidos, una medida como esta seguramente perjudicaría también a las empresas y consumidores estadounidenses. Crimen organizado

Respecto al crimen organizado, durante su anterior mandato Trump sugirió disparar misiles a México para acabar con los laboratorios de droga. Otros líderes republicanos han abrazado desde entonces la idea de utilizar la fuerza militar estadounidense contra los cárteles en territorio mexicano, incluso sin el consentimiento de México. López Obrador tenía extrañamente una buena relación con Trump.

Sheinbaum ha dicho que México colaboraría con cualquier líder de Estados Unidos, incluido por supuesto Trump. “No hay motivo ninguno de preocupación”, dijo a los periodistas el pasado miércoles por la mañana. “Va a haber buena relación con los Estados Unidos, estoy convencida de ello”.

Andrés Manuel López Obrador, predecesor y mentor de Sheinbaum, disipó amenazas parecidad desplegando a las fuerzas armadas de México para gestionar el flujo de migrantes. El acuerdo informal entre López Obrador y Trump fue que México gestionaría las cuestiones migratorias, mientras que la Casa Blanca se abstendría de interferir en los asuntos internos de México.

Reforma judicial

En un recodo del complejo camino de la relación México-Estados Unidos apareció también recientemente la cuestión de la reforma judicial de México y todo el controvertido cambio que se avizora, pues cámaras de comercio extranjeras, incluidas las de Estados Unidos, han advertido durante semanas que la propuesta de reforma al Poder Judicial mexicano, bajo la cual los jueces serán elegidos por voto popular, afectará a las empresas extranjeras y pondrá en riesgo la inversión en México.

La presidenta Sheinbaum ha reiterado por su parte que los cambios están encaminados a fortalecer la democracia.

Los críticos afirman que los cambios constitucionales para reemplazar a siete mil jueces de todo el país serán un duro golpe a la independencia del Poder Judicial al volverlos más leales a sus electores o a Morena que a la ley. También cuestionan cómo se llevarán a cabo unas elecciones tan grandes sin que los cárteles de la droga y grupos del crimen organizado presenten a sus propios candidatos.

Sheinbaum ha defendido los cambios, pero también ha hecho campaña para tratar de tranquilizar a los inversionistas extranjeros, expresándoles que habrá “más y mejor Estado de Derecho”. Las cámaras de comercio estadounidenses, el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, bancos y analistas financieros han advertido consecuentemente que la reforma presenta riesgos, principalmente, debido a que los jueces electos podrían sentir una mayor lealtad hacia sus electores -o a hacia la ideología de Morena- que hacia la ley.