/ viernes 29 de noviembre de 2024

Contraluz / Donald Trump y los retos de hoy

La presidenta Claudia Sheinbaum informó que el miércoles tuvo contacto telefónico con el presidente electo de Estados Unidos y destacó como positiva dicha comunicación en la que se habrían apuntado los temas trascendentes sobre aranceles, migración y narcotráfico.

En medio de la controversia por un posible incremento del 25 por ciento en los aranceles si no se aborda la crisis migratoria, según amenaza de Trump, Sheinbaum consideró que fue una conversación que giró en torno a reforzar la seguridad sin comprometer la soberanía mexicana y a la campaña en curso contra el consumo de fentanilo.

Por su parte, Trump no tardó en compartir su versión en su red social, proclamando que Sheinbaum habría aceptado detener la migración hacia Estados Unidos “con efecto inmediato”. Según el exmandatario, México prácticamente sellará su frontera sur, contribuyendo a frenar lo que él califica como “una invasión ilegal”.

Aunque los detalles sobre cómo se implementarían estas estrategias son escasos, las declaraciones previas, sobre aranceles y combate al narcotráfico, generaron escalofríos en ambos lados de la frontera. Respecto al combate al narco, el plan incluiría, según la revista Rolling Stone, el despliegue de fuerzas especiales estadounidenses para eliminar a los líderes de los cárteles en suelo mexicano; la estrategia incluiría un listado de opciones militares: desde ataques aéreos con drones hasta incursiones terrestres para secuestrar a figuras clave del narcotráfico.

El medio asegura que al menos seis republicanos han hablado con el Donald Trump sobre este tema. Entre las propuestas mencionadas también están la guerra cibernética contra las redes de los cárteles y la colaboración de “entrenadores” y “asesores” militares para apoyar las operaciones.

Aranceles

Por otra parte, Donald Trump aseguró recientemente que el primer día de su gobierno, el 20 de enero próximo, se estrenará con una ronda de nuevos aranceles a productos importados de México, Canadá y China. En un comunicado, el presidente electo de EE.UU. dijo que el gravamen será del 25 por ciento a las importaciones que lleguen a su país desde Canadá y México. Y que impondrá un arancel adicional del 10 por ciento a los productos que tengan China como origen.

Dicha medida, afirmó, será parte de su plan para combatir la migración indocumentada y el tráfico de drogas, en especial el fentanilo, dos de los temas en que basó buena parte de su campaña para volver a la Casa Blanca.

“Tanto México como Canadá tienen el derecho absoluto y el poder para resolver fácilmente este problema que ha estado latente durante mucho tiempo. Por este medio exigimos que usen este poder (…) y hasta que lo hagan, es hora de que paguen un precio muy alto”, sentenció.

La respuesta de los dos países vino enseguida.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, puntualizó que para resolver problemas se requiere cooperación y no "intimidaciones".

Desde Canadá, el gobierno de Justin Trudeau dijo que está abierto a negociar. Y China advirtió que “nadie ganará en una guerra comercial o arancelaria”.

Por su parte, expertos e internacionalistas parecen coincidir en que el anuncio de Trump corresponde a su estilo impulsivo de negociar para llegar al gobierno de Estados Unidos con un acuerdo ya concertado. Y su análisis pragmático parece darles la razón: una medida como elevar los aranceles a sus dos mayores socios comerciales y vecinos como Canadá y México, tendría efectos muy negativos para las economías involucradas: inflación, carestía, desempleo e impacto general en toda la actividad económica.

Por otra parte, con China todo apunta a que se agudice el conflicto comercial ya en marcha con efectos impredecibles.

Antecedentes

En 2018 Trump ya había usado la misma estrategia y obtuvo de México un acuerdo migratorio con el reforzamiento de la frontera sur de nuestro país, sin nuevos aranceles, pero sí con altísimo costo.

La cuestión migratoria es por lo demás sumamente complicada. Cierto es que el flujo de migrantes mexicanos ha disminuido enormemente, pero el de quienes cruzan nuestro país con afán de llegar a Estados Unidos lo hacen por factores estructurales que asolan a muchos países del hemisferio y de otros lugares más lejanos.

Desigualdades económicas y conflictos diversos en países de Centro y Sudamérica empujan las migraciones. Y en cuanto al tema del narcotráfico se puede hacer mucho más, pese a que influye enormemente la gran demanda de drogas en Estados Unidos.

Claudia Sheinbaum apuntó en su diálogo con Trump la importancia de

apoyar y generar mayores programas y acciones de desarrollo para las naciones expulsoras de migrantes. Y tiene razón pues lo hecho hasta ahora es demasiado poco, quizá improvisado y seguramente mal estructurado.

Kennedy y Trump

Vale aquí anotar como antecedentes el lamentable fracaso de la Alianza para el Progreso, propuesta por John F. Kennedy en 1961 que a su muerte fue abandonada por Estados Unidos… y la propuesta de Donald Trump en 2019. Recordemos: en diciembre de 2019, Estados

Unidos aprobó una iniciativa de todo el gobierno llamada América Crece, centrada en el diseño e implementación de marcos de inversión en energía e infraestructura, que identificarían nuevos mercados, crearían una cartera tangible de acuerdos y aprovecharían el capital privado de Estados Unidos, al tiempo que reducirían la dependencia de los países de los organismos multilaterales y las entidades estatales chinas. Un año después, casi la mitad de los países de la región habían firmado marcos de inversión de América Crece. No está de más también recordar que el 4 de febrero de 2020, en el último discurso sobre el Estado de la Unión de su primer mandato, Donald Trump pronunció el discurso más centrado en América Latina de cualquier presidencia moderna.

Ahí, celebró el éxito del nuevo Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), un modelo a seguir para los acuerdos comerciales del siglo XXI basados en los principios de equidad y reciprocidad y la protección de la propiedad intelectual. También elogió los “históricos acuerdos de cooperación (en materia de migración y asilo) con los gobiernos de México, Honduras, El Salvador y Guatemala”, que habían contribuido a una reducción del 75 por ciento en la cantidad de personas detenidas al cruzar ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México durante los ocho meses anteriores.

Trump expresó entonces su apoyo a “las esperanzas de cubanos, nicaragüenses y venezolanos de restaurar la democracia” y anunció que Estados Unidos estaba “liderando una coalición diplomática de 59 naciones contra el dictador socialista de Venezuela, Nicolás Maduro”. Podría considerarse que el objetivo central de la estrategia de Trump para América Latina y el Caribe fue el vínculo inextricable entre la seguridad nacional de Estados Unidos y el crecimiento económico mutuo.

Con lo anteriores antecedentes vale considerar que seguramente Donald Trump demandará una colaboración más estrecha en materia de migración y narcotráfico.

Al margen quedaría desmantelar, con elementos serios y datos duros, la percepción de que México esté siendo usado como “puerta trasera” por China para exportar a Estados Unidos indirectamente.

Kissinger y China

Hace un año Henry Kissinger, controvertida figura de la política exterior estadounidense durante la década de los años 60 y 70 del siglo anterior, falleció a los 100 años de edad.

Fue Premio Nobel de la Paz por el fin de la guerra de Vietnam y propulsor de la apertura a China en ese entonces. Pero en América Latina fue firme apoyador de las brutales dictaduras de Chile y Argentina.

Identificado con la derecha anticomunista, fue sin embargo el ideólogo del acercamiento entre Estados Unidos y China hasta entonces aislada bajo el régimen de Mao Zedong.

En una entrevista el año pasado dijo esperar que, con la participación de China, hubiera “negociaciones para terminar con la guerra entre Rusia y Ucrania”.

Y en diálogo con la revista británica “The Economist”, expresó su esperanza para que Estados Unidos y China aprendan a convivir sin entrar en guerra, en un mundo donde la Inteligencia Artificial puede aumentar su rivalidad.