Estamos a tres semanas, más de 97 millones de mexicanos podrán ir a las urnas para participar en las elecciones más grandes de la historia del país y, a su vez, en la historia democrática de México pues se podría elegir a la primera mujer Presidenta de nuestro país.
Inicia la última etapa de las campañas políticas con el llamado al voto y la ejecución de la campaña electoral final es la culminación de la estrategia permanente. Se enfoca en movilizar a los votantes, comunicar mensajes clave y asegurar la victoria. Como ya vemos que la candidata oficial Claudia Sheinbaum lo empezó a hacer esta semana.
La autenticidad mantenida a lo largo de las fases anteriores se vuelve crucial, ya que los votantes deben reconocer y confiar en la marca política y en el contraste de ideas.
Las tácticas deben ser adaptables en cualquier campaña política para abordar cambios de último minuto y responder a la dinámica propia de la campaña electoral.
Y esto va, también, porque falta un debate presidencial el domingo 19 de mayo, con temas que podrían ser más fáciles de atacar para la candidata opositora Xóchilt Gálvez, y que de ahí pudiera remontar algunos puntos, esto porque el tema central de ese encuentro entre los candidatos será el tema de la seguridad en el país, entonces veremos que tanto impacto tiene en la ciudadanía.
Y es que no hay que perder de vista el otoño, porque además de las elecciones presidenciales en Estados Unidos – nuestro principal socio comercial – viene un relevo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, en la reunión nacional de consejeros regionales de BBVA, fue cuestionada por el periodista Enrique Quintana, sobre si –de ganar el 2 de junio– ya tiene en mente a quién propondrá para sustituir al ministro Luis María Aguilar, quien concluye su periodo de 15 años en la Corte. “Ya lo estaremos viendo. Vamos a ser muy responsables”, dijo, y aseguró que aún no tiene a nadie en mente. Crucial decisión no sólo para el futuro de la independencia del Poder Judicial, sino sobre todo para el control constitucional de las leyes que apruebe el Congreso.
Porque para muchos como el aquí firmante, la SCJN juega un papel protagónico en la defensa de la democracia y división de poderes en el país.
