/ jueves 2 de mayo de 2024

Diversidades | Un gran regalo para la niñez de todo México: quedaron prohibidas las mal llamadas terapias de conversión o ECOSIG


Hola queridas lectoras y lectores de esta columna Diversidades. Hoy les voy a contar de un gran legado que dejan las personas activistas LGBTIQ+ de Yaaj-México, que en su niñez y juventud fueron sujetas a tratos degradantes, inhumanos y rayando en la tortura, por el simple hecho de que alguien de su familia consideró que su recién descubierta orientación sexual o identidad de género, era una enfermedad y por lo tanto tenían que curarles y repararles, cayendo en las garras de charlatanes, que a cambio de dinero, prometían una esperanza a esos padres preocupados porque sus hijos, hijas e hijes, no sufrieran los abusos a los que sabían que se iban a enfrentar en una sociedad enferma de discriminación y odio para las personas diferentes. En la mayoría de los casos, no contaron con la información correcta al tomar dicha decisión, nadie les dijo que ya desde 1990, la Asamblea General de la OMS, ya no consideraba a la homosexualidad o al lesbianismo una enfermedad mental, sino una orientación tan válida y normal como la heterosexualidad. Nadie les explicó que desde 2018, la transexualidad tampoco es considerada por la misma OMS una enfermedad, sino una identidad de género tan válida como cualquier otra identidad de género humana.

En muchos casos, la necesidad de protección de sus hijas, hijos o hijes de una sociedad violenta, aunado a los prejuicios sociales y/o religiosos, o el qué dirán, fueron los motivantes más fuertes para dar el paso y hacerle caso al charlatán y no recurrir a terapeuta profesional. En la mayoría de los casos, las madres y padres sólo confiaban en la personas que les había asegurado la cura milagrosa, sin enterarse en lo que dichos tratamientos consistían: encierros por días privados de comida, medicación que alteraba el juicio y el sueño y en algunos casos ritos de exorcismo, hasta llegar a violaciones de niñas y jovencitas para según ellos “curarlas de su lesbianismo”, o en el extremo, recurrir a los electroshocks, conforman la receta de “tratamientos” de lo que coloquialmente se venden como la “cura de la homosexualidad”.

Desde hace más de 10 años, un grupo de jóvenes fundan la organización Yaaj-México A.C. y con el tiempo de terapia se dan cuenta que sus experiencias traumáticas tienen un origen común y por primera vez le dan un nombre: fueron víctimas de Efuerzos para Corregir su Orientación Sexual o Identidad de Género y así es que nace el acrónimo #ECOSIG, el nombre correcto de las mal llamadas “terapias de conversión”.

En 2018 ingresaron una iniciativa para prohibir los ECOSIG en todo México de la mano de las senadoras Patricia Mercado, Citlalli Hernández y Alejandra Lagunes y allí empezó un largo proceso legislativo que también implicó una montaña rusa emocional, sobre todo porque en el camino, si bien surgieron muchísimas personas aliadas, también se enfrentaron con personalidades cero empáticas y con una agenda antiderechos que llegaron a insultarles desde la tribuna de la cámara de diputaciones.

Yo conocí a esas maravillosas personas activistas en 2022, cuando vinieron a Querétaro a apoyarnos para la redacción del borrador de lo que sería la iniciativa local para prohibir los ECOSIG, ese fin de semana nos abrieron su corazón y su conocimiento en una alianza humana que nos ha llevado a luchar juntos por la prohibición nacional en la Cámara de Diputados y en el Senado Mexicano.

Siempre recordaré que Iván, Pao y Ale nos decían que cuando les sucedieron esos horrores, se preguntaban ¿por qué a mí?, ya que los daños de esos tratamientos dejan secuelas muy difíciles de borrar, pero que juntas aprendieron con el tiempo y su activismo que la pregunta correcta era ¿pará que a mí?.

La respuesta a esa pregunta la tuvieron a las 3 de la mañana del viernes 26 de abril de 2024, cuando al final de un largo viacrucis legal, se logró votar en pleno y se logró prohibir los ECOSIG con 71 votos a favor, 4 en contra y 11 abstenciones. Es Leeeeey, es Leeeeey, lo logramos, lo lograron, gracias gracias, fue el mensaje que recibimos en el whatsapp esa madrugada de parte de las guerreras y guerreros de Yaaj-México.

Se logró proteger de esas torturas humillantes y crueles a todas las niñas, niños, niñez y adolescencias en todos los rincones del país. Misión cumplida!!!


*Vocero del Frente Queretano por el Derecho a la No Discriminación y el Estado Laico



Hola queridas lectoras y lectores de esta columna Diversidades. Hoy les voy a contar de un gran legado que dejan las personas activistas LGBTIQ+ de Yaaj-México, que en su niñez y juventud fueron sujetas a tratos degradantes, inhumanos y rayando en la tortura, por el simple hecho de que alguien de su familia consideró que su recién descubierta orientación sexual o identidad de género, era una enfermedad y por lo tanto tenían que curarles y repararles, cayendo en las garras de charlatanes, que a cambio de dinero, prometían una esperanza a esos padres preocupados porque sus hijos, hijas e hijes, no sufrieran los abusos a los que sabían que se iban a enfrentar en una sociedad enferma de discriminación y odio para las personas diferentes. En la mayoría de los casos, no contaron con la información correcta al tomar dicha decisión, nadie les dijo que ya desde 1990, la Asamblea General de la OMS, ya no consideraba a la homosexualidad o al lesbianismo una enfermedad mental, sino una orientación tan válida y normal como la heterosexualidad. Nadie les explicó que desde 2018, la transexualidad tampoco es considerada por la misma OMS una enfermedad, sino una identidad de género tan válida como cualquier otra identidad de género humana.

En muchos casos, la necesidad de protección de sus hijas, hijos o hijes de una sociedad violenta, aunado a los prejuicios sociales y/o religiosos, o el qué dirán, fueron los motivantes más fuertes para dar el paso y hacerle caso al charlatán y no recurrir a terapeuta profesional. En la mayoría de los casos, las madres y padres sólo confiaban en la personas que les había asegurado la cura milagrosa, sin enterarse en lo que dichos tratamientos consistían: encierros por días privados de comida, medicación que alteraba el juicio y el sueño y en algunos casos ritos de exorcismo, hasta llegar a violaciones de niñas y jovencitas para según ellos “curarlas de su lesbianismo”, o en el extremo, recurrir a los electroshocks, conforman la receta de “tratamientos” de lo que coloquialmente se venden como la “cura de la homosexualidad”.

Desde hace más de 10 años, un grupo de jóvenes fundan la organización Yaaj-México A.C. y con el tiempo de terapia se dan cuenta que sus experiencias traumáticas tienen un origen común y por primera vez le dan un nombre: fueron víctimas de Efuerzos para Corregir su Orientación Sexual o Identidad de Género y así es que nace el acrónimo #ECOSIG, el nombre correcto de las mal llamadas “terapias de conversión”.

En 2018 ingresaron una iniciativa para prohibir los ECOSIG en todo México de la mano de las senadoras Patricia Mercado, Citlalli Hernández y Alejandra Lagunes y allí empezó un largo proceso legislativo que también implicó una montaña rusa emocional, sobre todo porque en el camino, si bien surgieron muchísimas personas aliadas, también se enfrentaron con personalidades cero empáticas y con una agenda antiderechos que llegaron a insultarles desde la tribuna de la cámara de diputaciones.

Yo conocí a esas maravillosas personas activistas en 2022, cuando vinieron a Querétaro a apoyarnos para la redacción del borrador de lo que sería la iniciativa local para prohibir los ECOSIG, ese fin de semana nos abrieron su corazón y su conocimiento en una alianza humana que nos ha llevado a luchar juntos por la prohibición nacional en la Cámara de Diputados y en el Senado Mexicano.

Siempre recordaré que Iván, Pao y Ale nos decían que cuando les sucedieron esos horrores, se preguntaban ¿por qué a mí?, ya que los daños de esos tratamientos dejan secuelas muy difíciles de borrar, pero que juntas aprendieron con el tiempo y su activismo que la pregunta correcta era ¿pará que a mí?.

La respuesta a esa pregunta la tuvieron a las 3 de la mañana del viernes 26 de abril de 2024, cuando al final de un largo viacrucis legal, se logró votar en pleno y se logró prohibir los ECOSIG con 71 votos a favor, 4 en contra y 11 abstenciones. Es Leeeeey, es Leeeeey, lo logramos, lo lograron, gracias gracias, fue el mensaje que recibimos en el whatsapp esa madrugada de parte de las guerreras y guerreros de Yaaj-México.

Se logró proteger de esas torturas humillantes y crueles a todas las niñas, niños, niñez y adolescencias en todos los rincones del país. Misión cumplida!!!


*Vocero del Frente Queretano por el Derecho a la No Discriminación y el Estado Laico